Historia viva en el mundo del
sonido
El nacimiento de un piano es el resultado de una perfecta sinergia entre los
conocimientos técnicos más avanzados y la diestra mano del artesano. Solo un
piano creado así puede reproducir fielmente la intención de quien lo toca.
La última fase de producción de un piano recibe el nombre de "armonización"
(voicing). Y es aquí donde se le infunde el alma.
Un experto con un gran bagaje a sus espaldas pone su técnica y sensibilidad al
servicio del sonido de cada tecla, ajustando la ejecución dinámica de los macillos
y armonizando a la perfección el tono y el color de las 88 teclas, un auténtico hito.
Es una calidad de sonido solo al alcance de los especialistas con una sensibilidad y
una afinación fuera de lo común. Este mismo concepto es el que aplicamos en la
fabricación de nuestros equipos de audio. Los técnicos realizan incontables
pruebas de sonido y todos los componentes se someten a examen para conseguir el
sonido perfecto.
La calidad es la seña de identidad de Yamaha desde hace más de 125 años y sigue
siendo la piedra angular de los productos Yamaha fabricados hoy.